Gobernanza y sustentabilidad social a trav�s del turismo en el �rea Natural Protegida de Cabo Pulmo, Baja California Sur, M�xico
ALEJANDRO PALAFOX-MU�OZ[1]
Universidad de Quintana Roo
MAR�A VIRGINIA ARROYO-DELGADO[2]
Universidad Aut�noma del Estado de M�xico
Resumen. La literatura correspondiente a la sustentabilidad social y la gobernanza estudia las comunidades rurales. Este art�culo analiza la relaci�n entre ambas en un espacio protegido de M�xico. El objetivo fue revelar los factores que impulsan la gobernanza y c�mo influyen en la sustentabilidad social. De los conceptos, se identificaron seis elementos que permiten el desenvolvimiento de Cabo Pulmo. El trabajo de campo consisti� en entrevistas en profundidad a los residentes, informaci�n que permiti� descubrir y contrastar lo te�rico con lo emp�rico. Se logr� determinar que en Cabo Pulmo existe una cohesi�n social que establece el camino para mejorar sus condiciones de vida, ya que la toma de decisiones es conjunta e incluye la protecci�n de los recursos naturales.
Palabras clave: gobernanza; sustentabilidad social; turismo; Cabo Pulmo; �rea natural protegida.
Governance and social sustainability through tourism in the Protected Natural Area of Cabo Pulmo, BCS
Abstract. The literature corresponding to social sustainability and governance studies rural communities. This article analyzes the relationship between the two in a protected space in Mexico. The objective was to reveal the factors that drive governance and how they influence social sustainability. From the concepts six elements were identified that allow the development of Cabo Pulmo. The fieldwork was in-depth interviews with the residents. This information allowed to discover and contrast the theoretical with the empirical, managing to determine that in Cabo Pulmo there is a social cohesion that establishes the way to improve their living conditions since the decision-making process is joint and includes the protection of natural resources.
Keywords: governance; social sustainability; tourism; protected natural area; Cabo Pulmo.
Introducci�n
Una de las estrategias de orden global que se han definido en la pol�tica ambiental para lograr la conservaci�n de la biodiversidad y frenar sus procesos de deterioro es la creaci�n de �reas Naturales Protegidas (ANP). En este sentido, M�xico, en el �mbito institucional, considera que estos espacios constituyen la mejor herramienta para conservar la naturaleza y los servicios ambientales que proporciona a la sociedad (Micheli, 2002).
Es importante mencionar que, antes de que las ANP fueran declaradas como tales, en ellas ya exist�an grupos humanos que habitaban y utilizaban los recursos de su entorno. Por ello, la creaci�n de un espacio protegido dentro de su territorio provoca un impacto directo a las comunidades, un cambio dr�stico cuya principal consecuencia es la prohibici�n de las actividades a las que est� orientada su vida cotidiana, es decir, aquellas vinculadas a la siembra, caza, pesca, recolecci�n, entre otras; por ejemplo, en Sian Ka�an, Quintana Roo, y Cuetzalan, Puebla, por mencionar un par (Rojas-Correa & Palafox-Mu�oz, 2018, 2019; Gonz�lez et al., 2018).
De acuerdo con L�pez Santill�n (2015), las comunidades vinculadas a las �reas Naturales Protegidas han sido dirigidas a insertarse en la actividad tur�stica y han perdido parte de sus formas de vida. Esta acci�n es promovida por el Estado a trav�s de la Estrategia Nacional para un Desarrollo Sustentable del Turismo y la Recreaci�n en las �reas Naturales Protegidas de M�xico y el Marco Estrat�gico de Turismo Sustentable en �reas Naturales Protegidas de M�xico (Conanp, 2007, 2018), ya sea por medio de las organizaciones no gubernamentales (ONG), las cuales est�n alineadas a la pol�tica econ�mica del Estado, o bien mediante la autogesti�n de sus recursos, ya que son pocas las actividades permitidas en el interior de los espacios protegidos. Por tanto, desde hace unos a�os, las ANP tienen la posibilidad de recibir un flujo consistente y considerable de turistas, ya que, ahora, dentro las motivaciones del segmento de mercado vinculado al turismo alternativo est� la interacci�n con la naturaleza, y estos lugares son aptos para ello.
No obstante, se presentan obst�culos, fundamentalmente en lo que se refiere a la compatibilidad entre la conservaci�n ambiental y el desarrollo de las comunidades que habitan en estas �reas de protecci�n ecol�gica (Olmos & V�zquez, 2009). Ello provoca el incremento de una problem�tica social: la marginaci�n de quienes habitan en las ANP, ya que m�s de la mitad de la poblaci�n se clasifica con un �ndice de marginaci�n muy alto, alto y de mediano grado, en alrededor del 93% de las localidades (Bezaury & Guti�rrez, 2009). Estas cifras son alarmantes, ya que las ANP y el turismo en teor�a contribuyen al crecimiento econ�mico y sustentabilidad social al tratar de reducir los niveles de desigualdad y marginaci�n de las comunidades.
En este sentido, se entiende por sustentabilidad social a la distribuci�n equitativa de los recursos, derechos de propiedad y pol�ticas que beneficien a la sociedad; es decir, se debe lograr una mejor calidad de vida para cada individuo (Real, 2012). Al respecto, Colantonio (2009) asegura que es una nueva visi�n, la cual da lugar a un modelo te�rico emergente que busca cambiar los an�lisis tradicionales de sustentabilidad social duros, tales como la vivienda, el empleo o la satisfacci�n de otras necesidades b�sicas, por conceptos intangibles y menos cuantificables, como la calidad de vida, el sentido de identidad o la felicidad. Por ello, la dimensi�n social de la sustentabilidad se caracteriza por promover el mantenimiento del sistema de valores, pr�cticas y s�mbolos de identidad, la igualdad y el bienestar humano (Guimar�es, 2006).
Alcanzar la sustentabilidad social en las localidades tur�sticas no es una tarea sencilla. Un punto central de tal impedimento es la falta de acercamiento a la comunidad local, sea por desconocimiento de sus intereses, motivos, relaci�n con la naturaleza, acciones e incluso de los conflictos que pudieran llegar a tener por el uso y manejo de los recursos que se encuentran en su entorno, lo que da lugar a una lucha de poder en la que se imponen los intereses del capital. Para que el modo de producci�n se reproduzca, el Estado se apropia del territorio para transformarlo en un espacio protegido, con dos prop�sitos: (a) eliminar el presupuesto al campo para el desarrollo de la agricultura; y (b) insertar al territorio y sus habitantes al sector servicios, caracter�sticas empleadas desde la d�cada de 1990 con la implementaci�n de la nueva ruralidad (Kay, 2009; Romero, 2012; Palafox-Mu�oz & Mart�nez-P�rezchica, 2015; L�pez Moreno, 2017).
Por lo tanto, un aspecto clave es el relativo a las formas de relaci�n y participaci�n de los diferentes actores sociales en la toma de decisiones y en la definici�n de los objetivos y actividades por desarrollar (Brenner 2010). Estos cuestionamientos vinculados a las relaciones de producci�n y participaci�n comunitaria han sido objeto de estudio en varios trabajos acad�micos relacionados con el concepto de gobernanza, ya que esta postura complementaria a la gobernabilidad puede ser un medio para lograr la sustentabilidad social en las comunidades tur�sticas ubicadas en ANP, y, como consecuencia, que estas se conviertan en espacios donde la conservaci�n sea un ejercicio socialmente viable.
De esta manera, la gobernanza se refiere al proceso en el cual se toman decisiones y si estas son implementadas o no, considerando a los diferentes actores involucrados. As�, el concepto se puede aplicar pr�cticamente a cualquier sector p�blico, privado o social (Wagner, 2008). Desde la perspectiva del sector social, es considerada como una serie de arreglos formales e informales que determinan la manera en que se toman decisiones y se ejecutan acciones, caracterizados por un involucramiento de la ciudadan�a en la toma de decisiones, lo cual supone una estructura no jer�rquica sino horizontal (Palomino, Gasca, & L�pez, 2016). De esa manera, el proceso para alcanzar la gobernanza se deteriora en sociedades en las que existe dependencia econ�mica de un actor respecto de otro; por ejemplo, cuando la sociedad depende del subsidio gubernamental y del quehacer econ�mico con base en una sola actividad. Con este precedente, se busca promover y consolidar el proceso de gobernanza en comunidades dedicadas al turismo localizadas en el interior de la ANP como una opci�n viable de sustentabilidad social, que contribuya incluso en las dimensiones ambiental y econ�mica (Aguilar, 2010), aprovechando las caracter�sticas comunitarias, entre las que destaca la cohesi�n social.
De lo anterior, surge la necesidad de investigar aquellos elementos que constituyen la gobernanza y que influyen en el proceso para alcanzar la sustentabilidad desde un enfoque social, ya que, hasta el momento, no se han encontrado estudios similares en el �mbito econ�mico o ecol�gico. En el enfoque social est�n inmersos los individuos y su relaci�n con el mundo ambiental y econ�mico, en el que las acciones de estos dependen del contexto espec�fico en el que se desarrollan. Por lo tanto, el presente art�culo tiene como objetivo realizar un an�lisis de los factores de gobernanza de las comunidades tur�sticas en espacios protegidos, con el fin de identificar el desenvolvimiento organizacional que tienen las poblaciones, lo que derivar� en la comprensi�n de la realidad social en las comunidades tur�sticas de las ANP.
1. Cabo Pulmo, Baja California Sur
De acuerdo con el Inegi (2017), Cabo Pulmo se encuentra a aproximadamente 67 kil�metros al norte del municipio de San Jos� del Cabo. Se puede acceder por v�a terrestre mediante la carretera transpeninsular en su tramo La Paz � San Jos� del Cabo, hasta llegar a La Ribera y entrar a un camino de terracer�a de 10 kil�metros. La Conanp (2006) menciona que el Parque Nacional Cabo Pulmo tiene un clima muy seco y c�lido, correspondiente a la regi�n, con lluvias escasas en verano e invierno. Hasta el mes de agosto de 2017, exist�an en �l 69 habitantes integrados en 20 familias.
Cabo Pulmo no es la �nica �rea Natural Protegida del estado de Baja California Sur. Tambi�n est�n la Reserva de la Biosfera de El Vizca�no, la Reserva de la Biosfera Sierra La Laguna, el Parque Nacional Bah�as de Loreto, el Parque Nacional Zona Marina del Archipi�lago de Esp�ritu Santo, el �rea de Protecci�n de Flora y Fauna Islas del Golfo de California y el �rea de Protecci�n de Flora y Fauna Cabo San Lucas (v�ase el mapa 1). Cabo Pulmo tiene una extensi�n de 7.111 hect�reas, de las que el 1% es territorio terrestre correspondiente a la Zona Federal Mar�timo-Terrestre (Conanp, 2017). El Parque Nacional Cabo Pulmo obtuvo su nombramiento en el a�o 2000, y cinco a�os antes fue declarado Parque Marino Nacional Cabo Pulmo. Actualmente, el ANP est� zonificada en: (a) zona de preservaci�n; (b) zona de aprovechamiento sustentable de los recursos naturales; y (c) zona de uso p�blico (Arizpe, 2004). En el a�o 2008, Cabo Pulmo fue declarado sitio Ramsar para la conservaci�n de los humedales mediante acciones locales y nacionales para un desarrollo sostenible; sin embargo, el impacto del desarrollo inmobiliario pone en duda los compromisos de conservaci�n (Ramsar, 2012, 2015).
Mapa 1
�reas Naturales Protegidas en Baja California Sur
Fuente: Arroyo-Delgado (2018).
Para el modo de producci�n capitalista, la naturaleza se ha convertido en una mercanc�a por su nuevo valor de uso y consecuente valor de cambio. Esta cosificaci�n de los bienes naturales ha favorecido la expansi�n del turismo en todo el mundo, una actividad econ�mica que gener� a nivel global 1.400 millones de turistas internacionales (OMT, 2019) y US$ 8,8 billones (WTTC, 2019a). Por ello, la regi�n se ha convertido en un atractivo importante para el capital y su expansi�n. En este sentido, Cabo Pulmo se encuentra amenazado por la voracidad del propio sistema; por ello, es un terreno en disputa entre aquellos que no comparten la misma visi�n del desarrollo (Cari�o et al., 2008) sobre la naturaleza, aquellos que la vislumbran como materia prima y quienes tienen una relaci�n de sustento con ella.
Convertir a Cabo Pulmo en un ANP ha sido un proceso lento y dif�cil por las restricciones que implica el nuevo ordenamiento territorial. Debido a que las comunidades ubicadas dentro de la zona protegida ahora ven restringida la pesca comercial y deportiva, actividades econ�micas de sustento para la localidad, ello deriv� en un cambio en la forma de ganarse el sustento y dio lugar a las primeras empresas de servicios tur�sticos. En 2002, se creo la asociaci�n Amigos para la Conservaci�n de Cabo Pulmo, una organizaci�n de la sociedad civil de base comunitaria. De esta manera, el turismo alternativo se ha convertido en la nueva v�a para que los habitantes obtengan ingresos econ�micos; las limitaciones contribuyeron a la recuperaci�n del arrecife, pero la amenaza del turismo masificado se ha hecho presente a trav�s de la expansi�n del Centro Integralmente Planeado de Los Cabos (Barrera, 2016).
Este antecedente en la organizaci�n para el manejo de los bienes comunes pone de manifiesto la necesidad de que las comunidades se organicen para tomar el control de sus recursos y plantear su desarrollo a partir de una estructura comunitaria, paralela a los intereses del capital. De ah� la necesidad de que las investigaciones sociales aborden alternativas te�ricas y herramientas metodol�gicas que puedan ayudar a formar las futuras y presentes comunidades tur�sticas. Esa alternativa puede adquirirse a trav�s de la gobernanza, que radica en la toma de decisiones desde la comunidad. En este sentido, las teor�as sobre la gobernanza se encuentran en un estado de desarrollo y tienen elementos que a�n requieren mostrar su utilidad te�rica y emp�rica. Muchos autores las tratan como una herramienta para explicar los cambios en las pol�ticas p�blicas; sin embargo, en este proceso de diversificaci�n, los contextos locales y nacionales desempe�an un papel sustancial.
2.�������� El estudio de la gobernanza
A lo largo de los a�os, el estudio de la gobernanza ha ido evolucionando de acuerdo con las aportaciones de los diferentes autores, cuyas ideas principales se exponen en la tabla 1.
Tabla 1
Los desarrollos te�ricos de la gobernanza
Autor |
Definici�n |
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BM (1989) |
El ejercicio del poder pol�tico para gestionar los asuntos de una naci�n. |
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BM (1992) |
La manera en que se ejerce el poder en la administraci�n de los recursos econ�micos y sociales de un pa�s para el desarrollo. |
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Kooiman (1993) |
El patr�n o la estructura que surge en un sistema sociopol�tico como resultado com�n de los esfuerzos de interacci�n de todos los actores involucrados. |
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Rhodes (1997) |
Son las redes interorganizacionales y autoorganizadas que no tienen responsabilidad p�blica. |
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Le Gal�s (1998) |
Proceso de coordinaci�n de actores, de grupos sociales y de instituciones para lograr metas definidas colectivamente en entornos fragmentados y caracterizados por la incertidumbre. |
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Hirst (2000) |
Asociaci�n y di�logo entre asociaciones p�blicas y privadas en busca de consensos sobre una agenda y direcci�n social compartidas. |
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Kooiman (2000) |
Los arreglos de los actores p�blicos y privados, en cuyo marco se dirigen al objetivo de resolver los problemas de la sociedad y de crear oportunidades para esta. |
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Pierre (2000) |
La coordinaci�n y cohesi�n sostenidas entre diversos actores e instituciones pol�ticas, intereses corporativos, sociedad civil y organizaciones transnacionales. |
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RAE (2000) |
Arte o manera de gobernar que se propone como objetivo el logro de un desarrollo econ�mico, social e institucional duradero, promoviendo un sano equilibrio entre el Estado, la sociedad civil y el mercado de la econom�a. |
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De la Fuente (2002) |
Forma espec�fica de interrelaci�n p�blico-privada que se basa en la coordinaci�n no jer�rquica para encontrar nuevas oportunidades. |
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Salamon (2002) |
Proceso de soluci�n de problemas de naturaleza colaborativa, entre varios actores autorizados. |
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Kagancigil (2003) |
Sistema de coordinaci�n entre actores sociales diversos y fragmentados, y un enfoque de pol�ticas p�blicas que privilegia la concertaci�n y la negociaci�n para la toma de decisiones en contextos de pluralidad y complejidad de actores e intereses. |
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Kooiman (2003) |
La totalidad de las interacciones en las que participan los actores p�blicos y privados a fin de dirigirse al objetivo de resolver problemas de la sociedad y crear oportunidades, prestando atenci�n a las instituciones que son los contextos de esas interacciones de gobernar y estableciendo un fundamento normativo de todas esas actividades. |
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INAP (2005) |
Normas y reglas que pautan la interacci�n en el marco de redes de actores p�blicos, privados y sociales interdependientes en la definici�n del inter�s general en entornos complejos y din�micos. |
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Natera (2005) |
La concepci�n de la acci�n gubernamental como gesti�n de redes integradas por una multiplicidad de actores p�blicos y privados que interact�an de forma compleja. |
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Peters (2006) |
Una meta que dirige la actividad, que requiere instrumentos para identificar lo que la sociedad desea que se haga y, luego, examinar los medios para alcanzar las metas colectivas. |
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Jim�nez (2008) |
Formas y procesos de interacci�n y cooperaci�n horizontal entre el sector p�blico, el sector privado y los actores sociales. |
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De la Maza (2009) |
La creaci�n de metas comunes, definidas colectivamente sin predeterminaci�n por alguno de los actores involucrados. |
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Jorquera (2011) |
La relaci�n de actores formales e informales con una nueva forma de hacer las cosas es sostenible y sustentable, coordina y comunica entre los actores involucrados y permite mejorar el control y la transparencia de la gesti�n p�blica. |
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Whittingham (2011) |
La realizaci�n de relaciones pol�ticas entre diversos actores involucrados en el proceso de decidir, ejecutar y evaluar decisiones sobre asuntos de inter�s p�blico, proceso que puede ser caracterizado como un juego de poder en el cual competencia y cooperaci�n coexisten como reglas posibles, y que incluye instituciones tanto formales como informales. |
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Fuente: Arroyo-Delgado y Palafox-Mu�oz (2017).
Tanto la gobernanza como la gobernabilidad son propuestas que ingresaron en las reflexiones de las comunidades internacionales en la d�cada de 1980. Estos t�rminos son distintos, aunque es muy com�n confundirlos y utilizarlos como sin�nimos por no tener claridad en su definici�n. Su punto de divergencia radica en que la gobernanza busca el logro de los objetivos de la comunidad.
El discurso pol�tico sobre governability tiene su origen en la llamada �crisis de gobernabilidad�, y su referencia te�rica fundamental es el informe sobre la gobernabilidad de las democracias (Prats, 2001). As�, gobernabilidad se refiere a las adaptaciones y procesos en el marco del Estado y de la administraci�n p�blica para mejorar su relaci�n con la ciudadan�a y el proceso de toma de decisiones (Revesz, 2006). Tambi�n es considerada como el grado en que las relaciones entre los actores estrat�gicos obedecen a f�rmulas estables y mutuamente aceptadas (Coppedge, 1994). As� pues, son dos t�rminos y conceptos diferentes.
La estructura organizacional de la gobernanza y la de la gobernabilidad son opuestas. En este sentido, Pierre y Peters (2000) y Krahmann (2003) sostienen que ambas son cualitativamente distintas (v�ase la tabla 2).
Tabla 2
Gobernabilidad vs. gobernanza
Dimensiones |
Gobernabilidad |
Gobernanza |
Alcance geogr�fico |
Subnacional Nacional |
Subnacional Nacional Regional Global Trasnacional |
Alcance funcional |
Varios asuntos |
Un solo asunto |
Distribuci�n de recursos |
Centralizados |
Dispersos |
Intereses |
Comunes |
Diferenciados |
Normas |
Soberan�a �rdenes jer�rquicas y control Redistribuci�n |
Soberan�a limitada Autonom�a Mercados |
Toma de decisiones |
Jer�rquica Consenso Equidad formal |
Horizontal Negociaci�n Inequidad |
Implementaci�n |
Centralizada De la autoridad Coercitiva |
Fragmentada Autoaplicada Voluntaria |
Fuente: Krahmann (2003).
Sin embargo, Prats (2003) y Aguilar (2007) se�alan que la gobernabilidad es una variable dependiente de la gobernanza, ya que esta provee el marco institucional que hace posibles las interacciones e intercambios entre actores. Sin esta condici�n, no existir�a una direcci�n de la sociedad. Por ello, la gobernabilidad es un agente de direcci�n necesario, pero insuficiente, ya que el Estado requiere de las capacidades sociales para controlar la sociedad, y el enfoque de la gobernabilidad no cambia el patr�n tradicional de dirigir a la sociedad, siendo esta estructurada y dominada (Jim�nez, 2008).
En cambio, el enfoque de la gobernanza es posgubernamental, es decir, apunta a la necesidad de un nuevo proceso directivo de la sociedad, ya que, con las condiciones contempor�neas de democracia, se tiene una creciente autonom�a de personas y organizaciones sociales (Aguilar, 2007). Por ello, la gobernanza rechaza cualquier tipo de normatividad que la interprete como un desarrollo caracter�stico de las econom�as neoliberales, planteamiento que surgi� en la d�cada de 1990, ya que la econom�a del mercado presiona al Estado para lograr despojar a las comunidades de su territorio y dar continuidad a la acumulaci�n.
La gobernanza es una gu�a para libertades democr�ticas, de equidad en las decisiones y esfuerzo productivo (Dubois, 2002). Si la participaci�n de la sociedad es pasiva, deriva en una entidad sin poder (Foladori, 2002). Por lo tanto, se requiere incorporar a la comunidad en la toma de decisiones: que asuma el control sobre lo local y que determine c�mo se utilizar�n los recursos. De esta manera, existir� una apropiaci�n social de la naturaleza y la cultura, para llegar a ser independientes de la instituciones que tratan de despojarlas de sus bienes comunes por medio del asesoramiento y financiamiento, cuya finalidad, de acuerdo con Pretty y Vodouh� (1997), solo es la riqueza y el poder.
3.�������� Gobernanza y sustentabilidad social
Dentro de la literatura acad�mica relativa a la gobernanza, sobresalen aquellos autores que han tomado una posici�n de �ndole pol�tica al considerarla solo como un referente para la toma de decisiones de los actores involucrados, en donde las disposiciones no responden a los intereses de toda la localidad, sino de grupos que buscan controlar las acciones que necesita el Estado para implementar la gobernabilidad. Por otro lado, en el interior de las comunidades, se plantea que la gobernanza es inherente a los objetivos de la sustentabilidad social, toda vez que requiere de la organizaci�n de los actores sociales de la comunidad para conseguir los beneficios del colectivo y quienes configuran una amplia estructura de actores sociales, reglas y procedimientos, formales e informales, que permiten una amplia disposici�n de informaci�n, rendici�n de cuentas y participaci�n en todo el proceso de toma de decisiones.
Al respecto, ha sido aceptada por la comunidad de an�lisis de pol�ticas p�blicas la propuesta de �strom (2000), en cuanto a que los arreglos institucionales son favorables para asegurar las condiciones de participaci�n efectiva de los involucrados en la toma de decisiones en diferentes escalas y ordenes de interacci�n, con el prop�sito de generar el escenario que asegure la sustentabilidad. En este sentido, el enfoque de gobernanza incluye la idea de que lo pol�tico y lo institucional son b�sicos para estructurar lo p�blico y lograr objetivos sociales, entre ellos la sustentabilidad. Para alcanzar la gobernanza existen algunos elementos como el equilibrio entre el Estado y la sociedad, la cooperaci�n entre actores, la coherencia en las acciones emprendidas, la eficiencia y efectividad en la acci�n p�blica, la horizontalidad en la informaci�n y la rendici�n de cuentas. Sin la gobernanza, la sustentabilidad social no puede tomar las decisiones que requiere la comunidad. Es necesario que esa relaci�n entre comunidad y Estado est� en manos del colectivo, el cual conoce el territorio, conserva sus bienes comunes y visualiza un futuro para su comunidad.
Los elementos propuestos por Mazabel, Romero y Hurtado (2010) referentes a la gobernanza se vinculan con los ideales de la sustentabilidad social y expresan aspectos como la equidad intra- e intergeneracional, el nivel de organizaci�n social, la capacidad de gesti�n de una comunidad o regi�n, la conformaci�n de las redes sociales, el capital social y humano, la respuesta y organizaci�n de la sociedad frente a las estructuras de mercado y sus procesos de cambio (v�ase la tabla 3).
Tabla 3
Vinculaci�n entre gobernanza y sustentabilidad social
Gobernanza |
Sustentabilidad social |
Equilibrio |
Equidad |
Cooperaci�n |
Capital social y humano |
Coherencia |
Capacidad de gesti�n |
Eficiencia |
Nivel de organizaci�n |
Horizontalidad |
Redes |
Rendici�n de cuentas |
Respuesta y organizaci�n |
Fuente: Arroyo-Delgado & Palafox-Mu�oz (2017).
Cada t�rmino requiere de la concertaci�n e independencia entre los actores. La legitimaci�n social de la gobernanza llega al aumentar la participaci�n y aceptaci�n de las acciones que se emprendan con la finalidad de alcanzar una sustentabilidad social, dado que su objetivo es mejorar las condiciones de calidad de vida para la comunidad, no solo para algunos integrantes de ella. En este sentido, Chiappe (2002) menciona que la distribuci�n equitativa de los recursos y de la propiedad contribuyen a que las comunidades se conviertan en la base donde se originan las pr�cticas de consumo y de producci�n ecol�gica y econ�mica. Porras (2006) apunta que la gobernanza no solo se trata de gobernar, sino de impulsar el desarrollo de la comunidad, por lo que la toma de decisiones no es de car�cter gubernamental, pues el Estado es un facilitador, no un ejecutor jer�rquico.
4. ������� El turismo en la gobernanza y la sustentabilidad social
Actualmente, los pa�ses desarrollados se han convertido en los principales emisores y receptores de turistas internacionales, lo que ha generado una reciprocidad directa entre el crecimiento econ�mico y el turismo. Las econom�as desarrolladas recibieron el 54,3% de los desplazamientos de turistas, y la regi�n europea concentra el mayor n�mero de llegadas (OMT, 2019). Su efecto en la generaci�n de empleos y captaci�n de divisas es importante para las econom�as; por ejemplo, M�xico reporta 9,4 millones de empleos directos, es decir el 17,8% de la planta laboral del pa�s (WTTC, 2019b). Sin embargo, desde la �ptica del capital, el termino �desarrollo sustentable� �nicamente se ha orientado a la reproducci�n del plusvalor, poniendo de manifiesto una realidad distinta en las comunidades anfitrionas, lo que ha llevado a proponer que el turismo sea una �herramienta de cohesi�n social y desarrollo sostenible, si se gestiona cabalmente a trav�s de los elementos caracter�sticos y fundamentales de la gobernanza� (Maz�n & Fuentes, 2007, p. 106). Es decir, de continuar con una visi�n econ�mica de la sustentabilidad, la sociedad y la naturaleza estar�n siendo cosificadas para la permanencia y reproducci�n del modo de producci�n capitalista.
Al ser el turismo una actividad social adem�s de econ�mica, su gesti�n en las comunidades debe tener un poder inclusivo, en el que se incorporen cualidades y habilidades para la construcci�n y mantenimiento de la confianza, el compromiso y la negociaci�n (Parrado, L�ffler, & Bovaird, 2005). Estos elementos son caracter�sticos del capital social (Durston 2000), que derivan en el fortalecimiento de la comunidad y favorecen la toma de decisiones colectivas. En este sentido, el turismo favorece el proceso de gobernanza al implementarse como objetivo de la comunidad receptora, dado que las actividades econ�micas de car�cter extractivo han sido limitadas, ya sea por la creaci�n de espacios protegidos o bien por la falta de apoyo financiero. En este sentido, Velasco (2008) afirma que el turismo es un �mbito propicio para observar la din�mica de la gobernanza, en tanto que requiere la cooperaci�n de todos los actores para su desarrollo.
De la literatura acad�mica relacionada con la gobernanza, se seleccionaron seis elementos: (a) equidad, (b) capital social, (c) coherencia, (d) eficiencia, (e) redes y (f) rendici�n de cuentas. Estos permiten analizar c�mo, a trav�s de la actividad tur�stica, la gobernanza contribuye a alcanzar la sustentabilidad social en la zona de estudio.
Con base en lo anterior, la equidad es el elemento que busca el equilibrio entre el Estado y la sociedad; de esta manera, se conjuga la participaci�n del Gobierno y la sociedad en general. De existir un �nico actor, ya sea pol�tico, econ�mico, social o cultural (Cerrillo, 2005), desequilibrar� el accionar llev�ndolo hacia el camino de la gobernabilidad, por lo que la gobernanza requiere de la acci�n de los actores para conseguir la equidad en la colectividad.
En cuanto al capital social, se entiende como un atributo colectivo (o comunitario) de un grupo, que involucra tanto la extensi�n y el cruce de las relaciones individuales de reciprocidad y confianza, como las normas e instituciones para la cooperaci�n en el seno de un grupo o comunidad (Durston, 2000). Se reconoce que la participaci�n e involucramiento de la comunidad en las decisiones sobre el futuro de Cabo Pulmo y su orientaci�n tur�stica es la mejor forma de alcanzar los objetivos planteados, toda vez que los habitantes comparten un inter�s com�n sobre una pol�tica o acci�n, e intercambian recursos para conseguir este inter�s correspondido que vincula a una diversidad de actores (B�rzel, 1998).
Peters (2003) menciona que, as� como es importante tener objetivos articulados, existe la necesidad de que esos objetivos sean consistentes y est�n coordinados. Ah� entra un elemento m�s del trabajo colaborativo: la coherencia, por lo que los objetivos de una pol�tica en un �mbito determinado ser�n congruentes y consistentes con el colectivo; de esta manera, corresponder�n a los diversos intereses de los actores.
El elemento de la eficiencia se refiere al logro del resultado que corresponde a los objetivos preestablecidos por la organizaci�n. La eficacia y la eficiencia son hoy valores inevitables de las organizaciones que los modelos burocr�ticos no garantizan. Siguiendo las palabras de Prats (2005), la gobernanza es multifac�tica y plural, busca la eficiencia adaptativa y exige flexibilidad, experimentaci�n y aprendizaje, por prueba y error.
�La estructura de la gobernanza moderna no se caracteriza por la jerarqu�a, sino por actores aut�nomos y por redes entre organizaciones� (Rhodes, 1997, p. 53). La conformaci�n de redes se centra en un cierto grado de igualdad en la estructura en la que las entidades participantes se relacionan. La autonom�a de estas entidades es una caracter�stica importante y contiene acuerdos mutuos, derechos y obligaciones (Kooiman, 2003).
La gobernanza implica una redefinici�n de los mecanismos de rendici�n de cuentas. Cada actor es responsable y, por ello, debe rendir cuentas ante p�blicos diferentes a trav�s de los mecanismos establecidos para cada uno, en funci�n de su autonom�a. Los te�ricos de la gobernanza sostienen que los mecanismos tradicionales de rendici�n de cuentas han sido reemplazados por diferentes procesos de control electoral tales como la participaci�n de los interesados y la libertad de los consumidores para elegir. La rendici�n de cuentas es considerada uno de los elementos fuertes del modelo de gobernanza (Peters & Pierre, 2005).
5.�������� Cabo Pulmo: una experiencia de gobernanza y sustentabilidad social
Antes de dedicarse al turismo, Cabo Pulmo se dedicaba a la extracci�n de perlas. Sin embargo, dicha actividad extractiva fue concesionada a empresas privadas, las cuales casi exterminan el recurso. Ello llev� a que la localidad reorientara su actividad de sustento hacia la pesca, en un inicio de tibur�n, el cual ten�a alta demanda y generaba una importante derrama econ�mica. Por tanto, la pesca comercial se convirti� en la actividad econ�mica primordial, pero la extracci�n desmedida caus� la disminuci�n del recurso pesquero y provoc� que los habitantes comenzaran a migrar a San Jos� del Cabo o a la capital del estado en busca de empleo (Arroyo-Delgado, 2018).
La pesca comercial tuvo un efecto positivo en el inicio de la actividad tur�stica de Cabo Pulmo, al atraer un turismo de baja afluencia vinculado a las actividades acu�ticas costeras. Este tuvo como consecuencia la formaci�n de los primeros prestadores de servicios tur�sticos, quienes reconocieron que el turismo bridaba mayores beneficios econ�micos. Y, despu�s de la experiencia con la pesca comercial, se reconoci� que el turismo demandaba de una visi�n ambiental que coadyuvara a la protecci�n de la naturaleza, la cual se hab�a convertido en el atractivo del lugar. Por esta raz�n, la propuesta de la Universidad Aut�noma de Baja California Sur referente a la creaci�n del �rea Natural Protegida tuvo eco en la poblaci�n.
Le entraron con la generación de nosotros, o sea, con mis hermanos y conmigo, y nosotros inmediatamente dijimos sí para solicitar el área natural protegida. Se solicitó con la universidad, y el 6 de junio del 95 ya se decretó oficialmente y, ya pues, nosotros más conformes, más contentos que ya había un documento que ya pudiera decir �autorizado por el Gobierno�, que ya era un parque marino. (Arroyo-Delgado, 2017a)
Este antecedente en la toma de decisiones de la comunidad provoc� la formaci�n de redes de colaboraci�n entre los habitantes. Adem�s, para el cambio a la nueva actividad econ�mica y, al mismo tiempo, para conservar la riqueza natural de la zona.
Mis tíos, mi papá y mis hermanos mayores vieron amenazado todo el proceso de la pesquería. Se estaban acabando las poblaciones y todo, no tanto por los lugareños, sino por gente externa que llegaban de otros estados con artes de pesca realmente agresivos. Vieron amenazado todo eso. Entonces, con un grupo de investigadores de la universidad local de Baja California Sur de La Paz, que empezaron a venir, vieron que, como que había un potencial grande. El arrecife lo empezaron a estudiar porque se hacían muchas preguntas. Entonces, ellos empezaron, ahora sí, que a comunicarse con la gente local, con mi familia y decirles: ��Saben? Wsto se tiene que proteger�. Entonces ya a mi familia le entró el interés. (Arroyo-Delgado, 2017b)
En Cabo Pulmo se pueden identificar dos formas de organizaci�n, las cuales responden a: (a) la creaci�n del Parque Nacional, haciendo referencia a los aspectos de conservaci�n; y (b) la correspondiente a la comunidad. La poblaci�n se insert� en el Consejo Asesor del Plan de Manejo del �rea Natural Protegida, ya que al menos un integrante de cada familia se vincul� a las actividades tur�sticas de la localidad. De esta manera, la comunidad est� representada en la toma de decisiones.
Ese comité comunitario está integrado, obviamente, como todos los comités, por un presidente, un secretario, tesorero y dos vocales. Entonces, ese comité surgió de la misma comunidad. (Arroyo-Delgado, 2017c)
A partir de esta experiencia, se cre� el Comit� de Desarrollo Local debido a las necesidades de esa �poca, ya que, de acuerdo con la poblaci�n, Cabo Pulmo es una comunidad olvidada por el Estado. Por ello, se vincularon con las asociaciones civiles para la generaci�n de redes de colaboraci�n para la mejora de las condiciones vida de los habitantes de la comunidad.
Formamos un comité de desarrollo local, y pues ahí estuvimos trabajando con ONG como Niparajá, Costa Salvaje, Fondo Mexicano para la Conservación, ACCP, que es la asociación civil local. Estuvimos trabajando en diferentes proyectos para mejorar lo que es las necesidades de la comunidad, pues porque el parque también tiene necesidades, pero todo se enfoca en el parque, y pues el parque es zona federal hacia adentro, y la comunidad también tiene muchas necesidades, y como que no hay tanto enfoque a eso pues, a la comunidad en sí. Entonces, hay muchas necesidades básicas. Entonces, se conformó ese comité para gestionar, para ver con el Gobierno o con organizaciones cómo ir mejorando cosas como imagen urbana, dar mejor servicio para el agua, porque casi no hay agua en el pueblo, gestionar algún centro de salud pequeño o cosas así: necesidades. (Arroyo-Delgado, 2017d)
Un rasgo caracter�stico de Cabo Pulmo es que la mayor�a de sus habitantes son familia. Ello ha contribuido a que la relaci�n empresa-familia sea positiva. Todos los que han incursionado en el turismo han tenido diferentes retos, pero ello ha fortalecido la actividad econ�mica en la localidad sin perder de vista el objetivo de la poblaci�n: el �rea protegida.
Pues, la mayor�a de la comunidad somos empresa. La familia son todas estas empresas, familia de los Castro, la comunidad, �pues! Somos nosotros mismos. Yo pienso que es bueno. Se da sus celos de negocio y eso, pero, te digo, el objetivo nunca lo perdemos, que es el cuidado del parque. (Arroyo-Delgado, 2017b)
La poblaci�n est� inmersa en la organizaci�n comunitaria y participa en la toma de decisiones, ya sea para los aspectos relacionados con el ANP o bien en lo referente a la comunidad. Esta caracter�stica les ha permitido colaborar en conjunto y hacer part�cipe a toda la localidad con los diversos agentes externos (acad�micos y organizaciones). La voz y el voto son de la comunidad, lo que representa la participaci�n social a trav�s del Consejo Asesor y les permite llegar a pactos con el Estado y las organizaciones, que contribuyan al funcionamiento del ANP.
El �rgano legal que tenemos como comunidad es el Consejo Asesor, y de ah� se derivan subconsejos. Uno de ellos es el del programa de uso p�blico [es un instrumento de planeaci�n, regulaci�n y ordenamiento de las actividades tur�stico-recreativas que se desarrollan dentro del Parque Nacional Cabo Pulmo]. O sea que, ahorita, [en] los reglamentos y los acuerdos que estamos tomando en conjunto, comunidad-Conanp, consensamos todo eso y lo votamos todo, y ya estamos esperando a armar el borrador del plan de manejo para mandarlo para all�, para que eso ya se vaya al nuevo plan de manejo. (Arroyo-Delgado 2017e)
La equidad es un rasgo importante en la toma de decisiones, as� como en la participaci�n en las actividades dentro de la comunidad, principalmente mediante las reuniones de comit� comunitario, en las que se utilizan mecanismos de participaci�n activa a trav�s de la presencia de la mayor�a de los asistentes a fin de tomar la decisi�n que m�s convenga a la localidad.
Todo se lleva por medio de votos. Normalmente sabemos cu�ntas familias hay en la comunidad. Con que haya un representante de cada familia, ya lo hacemos como que est� bien, porque ya cada uno de cada familia est� ah� representado. (Arroyo-Delgado, 2017f)
En este sentido, las asambleas comunitarias son dirigidas por el comit� de desarrollo local, en donde se discuten los aspectos relacionados con la mejora de las condiciones de vida de la localidad. En estas asambleas, la comunidad permite la intervenci�n de actores externos, quienes participan como asesores, pero no tienen derecho a voto en el momento de tomar decisiones.
Yo, siempre, como bi�loga, me pon�a a pensar y dec�a �Bueno, he andado en tantas comunidades�. Y me doy cuenta que Cabo Pulmo lo que tiene es, justamente, el apoyo, o sea, adem�s del mismo objetivo como comunidad, tiene el apoyo de un chorro de ONG, de Greenpeace, de Costa Salvaje, de Pronatura, de Niparaj�; tiene un chorro, un chorro de apoyo de ellos, y ellos alzan la voz a nivel, o sea, como m�s llamativo; o sea, a las televisoras, a las radios, a las redes sociales. Entonces, que el Gobierno omita todo eso es muy dif�cil. Entonces, �o escuchas a los cabopulme�os o escuchas a los cabopulme�os! Entonces, es un buen ejemplo de que el Gobierno no puede hacer nada si el pueblo no lo permite. (Arroyo-Delgado, 2017c)
Tanto la equidad como la formaci�n de redes de colaboraci�n no ser�an s�lidas sin un elemento esencial de las comunidades, reconocido en el �mbito acad�mico como capital social. Cabo Pulmo se caracteriza por su integraci�n y relaciones sociales entre los habitantes y con el exterior. De esta manera, el impulso de las iniciativas vinculadas al desarrollo social, econ�mico y ambiental es del colectivo. Ello fortalece los lazos de confianza y reciprocidad que menciona Durston (2000). Sin duda, existen diferencias durante el proceso de toma de decisiones, pero siempre se da soluci�n a las problem�ticas que resultan del entorno competitivo del destino, ya que todos tienen intereses relacionados con el turismo en la comunidad.
La comunidad es muy peque�a, por lo que la competencia entre empresas existe porque est�s prestando el mismo servicio, pero pienso que es lo normal, porque en todos los lugares hay competencia, pero, pues, tambi�n est� esa parte donde, si hay alg�n problema, por ejemplo, aqu� a la hora de varar, o que las lanchas, o que si hubo un problema con un carro, luego, luego est� el sentido ese de ayudarse, o sea, s�, est� esa parte tambi�n, de que haya apoyo de cierta manera entre los prestadores de servicios locales y respeto. (Arroyo-Delgado, 2017d)
Es notoria la cooperaci�n entre los cabopulme�os, caracter�stica que los coloc� en el centro de atenci�n a nivel nacional e internacional debido a la lucha y resistencia por la defensa de su territorio en oposici�n al megaproyecto tur�stico de Cabo Cort�s. Ese fue el detonante que cohesion� totalmente a la comunidad.
No nos qued� de otra. Nos obligaron. Nos obligaron a organizarnos de esa manera y nos obligaron en el sentido de que estaba un proyecto autorizado ya, para hacer, pues, un gran desarrollo. Entonces, no nos qued� de otra m�s que solicitar que se hiciera la protecci�n, para protegernos nosotros, porque por lo que todo el mundo sabe, yo creo que hasta los mexicanitos que nacieron ayer saben todo el manejo que hay de autoridades en este pa�s, pero nosotros somos rebeldes. (Arroyo-Delgado, 2017f)
Pues hemos estado en situaciones bastante feas, como amenazas de proyectos, y que la comunidad no est� en contra de que se haga alg�n desarrollo, m�s bien se est� en contra de la magnitud que sea el desarrollo. Entonces, ya hemos estado en ese tipo de situaciones y, pues, la comunidad es muy unida en ese sentido, es muy, muy, muy unida a la hora de hacerle fuerte a ese tipo de cosas. (Arroyo-Delgado, 2017h)
Estos eventos han trascendido a la identidad de la poblaci�n, y eso se percibe cuando la gente toca el tema de la conservaci�n y la protecci�n del parque nacional. Es un espacio de vida apreciado y es parte de su cosmovisi�n; por ello, a las nuevas generaciones desde peque�os se les transmite esa visi�n, se les ense�a de conservaci�n y a proteger lo que tienen a su alrededor.
Como Cabo Pulmo todas las personas sabemos que necesitamos conservar, que esa es la gallina de los huevos de oro, o sea, que el parque nos da para vivir, es nuestra fuente, pues, digamos que de ah� sale nuestra econom�a. Entonces, aparte de eso, pues, es algo que se tiene que conservar, o sea, que sabemos que el recurso es importante no solamente econ�micamente, sino que, aqu�, en Cabo Pulmo, casi es una familia, o sea, si hay otras que han venido ac� por el auge del turismo o por otras cuestiones, se han quedado ac�. Pero lo traemos muy arraigado de que tenemos que conservar el lugar, tanto por lo econ�mico, pero tambi�n por el lado sentimental, por ese sentimiento de arraigo o por ese sentimiento de..., no s� si lo pueda llamar de posesi�n, o m�s bien de cari�o, pues porque aqu� nacimos, o sea, aqu� hemos estado todo el tiempo, y esto se tiene que cuidar. (Arroyo-Delgado, 2017d).
La uni�n del discurso con las acciones es una de las caracter�sticas propias de los habitantes de Cabo Pulmo. La coherencia de la comunidad se manifiesta en su acci�n colectiva, caracter�stica que se da en los peque�os grupos poblacionales, ya que todos tienen un objetivo com�n y trabajan en conjunto para alcanzarlo. Las acciones y acuerdos formales o informales encaminados a la cuesti�n ambiental son desarrollados a cabalidad. Por tal raz�n, optaron por un proyecto tur�stico de bajo impacto, con el fin de que la localidad tuviera un futuro promisorio para quienes habitan en la comunidad, a diferencia de lo que sucede en los destinos tur�sticos costeros, donde los niveles de pobreza y desigualdad aumentan a la par del crecimiento del destino.
No podemos estar esperanzados: se tiene que luchar si se quiere algo, porque este parque est� as� porque la gente es buena, lo cuidamos, pero no es porque haya una vigilancia del Gobierno ni porque esto y el otro. �No! Es porque la gente es buena, la gente aleda�a de La Ribera, de Los Barriles o de aqu�. La gente es buena y no depreda ni nada de eso. Uno que otro ah�, pues, como todo, pero la gran mayor�a respeta y conserva. (Arroyo-Delgado, 2017i)
Pues hay acuerdos sobre todo en cuesti�n marina, en cuesti�n del parque, de eso s� hay muchos acuerdos. En cuesti�n de la comunidad, tenemos un sistema de reciclaje que lo lleva a cabo una de las organizaciones. Cada comit� tiene sus propios acuerdos: el de transporte, el de la escuela, los prestadores de servicios; tambi�n hay acuerdos de caballeros, no precisamente firmados y todo eso. Entonces, todos estos acuerdos siempre se llevan a cabo porque es algo que nos conviene a todos [...] Las decisiones que se han tomado hasta ahora responden al bien comunitario, porque, supongamos que nos dediquemos solo a hacer dinero y permitamos que entre m�s turismo y que permitamos los megadesarrollos, �qu� va a pasar?... Vamos a darle en la torre al arrecife. Si tuvi�ramos m�s dinero, pero, pues, se le dar�a en la torre al arrecife, y el tejido social se pierde; con ese tipo de proyectos hay un movimiento de gente que se mueve a trabajar y vivir en donde se hacen estos proyectos, y se pierde el tejido social, llega la delincuencia (Arroyo-Delgado, 2017j)
La comunidad de Cabo Pulmo ha trabajado con eficiencia en el uso apropiado de los recursos econ�micos de que disponen, lo que incluye a la naturaleza y su cuidado sostenible siendo emp�ticos con las necesidades de la demanda tur�stica y de sus grupos de inter�s. No obstante, tambi�n se ha aprendido del error, colaborando con las dependencias de Gobierno para la toma de decisiones en los rubros social y ecol�gico, es decir, la comunidad y el �rea Natural Protegida.
Los resultados han sido muy buenos; por ejemplo, el comit� comunitario fue fruto de todo el proceso contra los megaproyectos. El plan estrat�gico de desarrollo tur�stico de Cabo Pulmo naci� porque, cuando est�bamos en la campa�a contra Cabo Cort�s, la gente nos dec�a: �Bueno, si no quieres eso, entonces, �qu� quieres?�. Y ni nosotros mismos no sab�amos lo que quer�amos. Por eso llevamos a cabo ese proceso dos a�os, si no es que un poquito m�s, para obtener este plan estrat�gico de desarrollo tur�stico. Lo tenemos en f�sico, y cada familia tiene uno. Con este plan estamos organizados por grupos de trabajo para la cuesti�n de imagen urbana, para la cuesti�n de servicios p�blicos, para la cuesti�n del parque. �ramos como cuatro grupos, y en cada grupo hab�a un subcomit� integrado por personas de la comunidad, que no significa que ellos iban a resolver todo, sino que iban a gestionar y poner de acuerdo a la comunidad. (Arroyo-Delgado, 2017j)
Sin duda, el bienestar de la comunidad es el objetivo principal de la sustentabilidad social, y la gobernanza contribuye en la toma colectiva de decisiones. Los resultados del trabajo comunitario est�n asociados a la b�squeda de un desarrollo tur�stico emp�tico con su entorno, que repercuta de manera positiva en la localidad. Sin embargo, se comienza a percibir una falta del dinamismo que consolid� a Cabo Pulmo. Se infiere que esto se debe a que la comunidad ha alcanzado los objetivos planteados y ha entrado en una zona de confort asociada al bienestar econ�mico resultado del desarrollo del turismo.
Hicimos mucho. En poco tiempo, se hizo mucho, mucho, mucho. Qu� te dir�, fueron como en cinco o seis a�os, se hizo mucho, menos, no, como en cinco a�os, y de repente se nos baj� la pila, y como que nos quedamos as�. S� fue cansado, porque era un proceso que nos meti� fuego en los pies, as� de... �te apuras o te apuras! O sea, un proceso r�pido de tomar decisiones, cambiar, ponerse las pilas, defender, mejorar tu negocio, o sea, todo en 5 a�os, y ahorita estamos, as� como que, en esas cuestiones, calmaditos, pero yo creo que s�, s� se requiere volver a hacer algo. (Arroyo-Delgado, 2017k)
Finalmente, la rendici�n de cuentas entre los miembros de la comunidad cierra el ciclo asociado al capital social de la localidad y, por ende, lleva a la consolidaci�n de la gobernanza y la sustentabilidad social. Los responsables de los proyectos e iniciativas presentan un informe de los avances y resultados para los integrantes de la localidad. Estos informes no solo est�n ligados a la parte econ�mica, sino que dan a conocer la colaboraci�n que se tiene con los agentes externos, entre los cuales destaca el sector acad�mico, del cual emanan informes t�cnicos, libros y art�culos, donde se encuentra la informaci�n que contribuye a mejorar las condiciones de vida de los cabopulme�os. Asimismo, las asociaciones civiles ofrecen cursos de capacitaci�n y talleres que fortalecen las capacidades del comit� comunitario para resolver las problem�ticas propias de la sociedad y subsanar la falta de atenci�n del Estado.
El comit� est� activo en el momento que la comunidad diga �A m� me interesa hablar de esto�, por ejemplo, el agua, o �Me gustar�a tener una reuni�n sobre el agua�, pues ya el comit� se mueve o las personas que est�n se mueven en juntar a la gente y ya. En ese sentido est� activo el comit�, pero, as�, ya no tenemos esa reuni�n mensual. �Por qu�? Porque empezamos a ver que la gente se empez� a alejar. A lo mejor se aburr�an, porque, pues, era platicar de lo mismo. (Arroyo-Delgado, 2017l)
La rendici�n de cuentas recae en el Estado, donde la Conanp maneja los recursos econ�micos recolectados a trav�s de los prestadores de servicios tur�sticos por el uso del �rea Natural Protegida. Sin embargo, la comunidad desconoce el ejercicio de dichas econom�as; por tanto, el reclamo de la comunidad est� asociado a la dependencia del Gobierno federal, que no cuenta con mecanismos transparentes sobre el uso y destino de los recursos econ�micos recabados, ya que una parte es destinada al Programa de Conservaci�n para el Desarrollo Sostenible, pero no se conocen ni el monto ni las acciones en las que se utiliz� el recurso.
Lo que no nos reportan son n�meros, n�meros no, y a veces tambi�n hasta llegas a pensar: �Bueno, el dinero no es m�o, es del Gobierno�, pero en realidad si es dinero tuyo, porque es para los brazaletes, y ese dinero, pues, nos lo regresan en los Procodes. (Arroyo-Delgado, 2017b)
6.�������� Consideraciones finales
La gobernanza es una manera de tomar decisiones y de incorporar al Estado y a actores externos que sirve para encontrar soluciones a problemas complejos y tomar decisiones que beneficien a la localidad a trav�s del control de la gesti�n de las acciones emprendidas y con un objetivo com�n. Adem�s de basarse en una din�mica de trabajo con un alto manejo de confianza, compromiso y negociaci�n, es el capital social que permite colaborar en conjunto para asegurar el futuro de quienes integran la comunidad y, de esta manera, impactar directamente en la sustentabilidad social. Por ello, es de suma importancia impulsar estructuras de gobernanza en las localidades rurales con el fin de evitar que el Estado, a trav�s de su pol�tica econ�mica, dificulte la toma de decisiones en las comunidades, dado que el objetivo del Estado y el de la comunidad son inconsistentes.
Es imperativo alcanzar la sustentabilidad social principalmente en comunidades rurales dedicadas al turismo, ya que estos espacios est�n siempre en defensa de sus bienes comunes y buscando evitar el despojo de su territorio, por lo que se encuentran en una resistencia constante frente al embate capitalista, el cual requiere reproducirse para mantenerse como modo de producci�n. Ello con el prop�sito de que la localidad conserve sus formas de vida y evite ser v�ctima del modelo econ�mico neoliberal promovido por el Estado, como sucede en otros espacios tur�sticos en los que el control de las acciones y los financiamientos es mediado por programas como Pueblos M�gicos.
Los factores de gobernanza planteados en el art�culo, y que fueron utilizados para entender la realidad de Cabo Pulmo, derivan en acciones cuyo objetivo es lograr la sustentabilidad social mediante una acci�n colectiva y una visi�n comunitaria para la toma de acuerdos y decisiones para la conservaci�n del �rea Natural Protegida y los integrantes de la localidad.
Aunque el Estado ha tratado de favorecer los intereses del capital para el desarrollo de megaproyectos tur�sticos, los habitantes han encontrado en la academia un interlocutor y capacitador que les permite generar estrategias de defensa. De ah� la formaci�n de empresas familiares que no solo se insertan como prestadores de servicios, sino tambi�n como custodios de la diversidad ecol�gica. Ello ha llevado a que Cabo Pulmo sea el espacio con mayor concentraci�n de peces del golfo de California y se haya convertido en un ejemplo de conservaci�n marina y participaci�n comunitaria.
La experiencia acumulada por la comunidad le ha otorgado experiencia ante los desaf�os que enfrentan las localidades rurales que buscan insertarse en el sector servicios a trav�s de un turismo de bajo impacto que les permita conservar su patrimonio natural y la estructura organizacional que les ayuda a tomar decisiones consensuadas para el colectivo. De esta manera, adoptar el turismo como base econ�mica no implica que este tenga que desarrollarse como en otros espacios promovidos por el Estado, sino atendiendo las necesidades de la comunidad y su entorno, dado que los bienes comunes que sirven de atractivo son los que determinar�n la permanencia de la actividad.
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[1] Doctor en Ciencias Ambientales. Profesor-investigador de tiempo completo del Departamento de Estudios Sociales y Empresariales. Unidad Acad�mica Cozumel.
[2] Maestra en Gesti�n Sustentable del Turismo por la Universidad de Quintana Roo. Profesora de asignatura del Centro Universitario UAEM Texcoco.